Parece sencillo,cotidiano,natural. Si os digo que ayer fui testigo de la placidez y el bienestar que produce la amistad todos sonreiréis y pensaréis qué os voy a descubrir a estas alturas.
Algunos llaman amigos a los compañeros de viaje, de fiestas, incluso a los que están ahí en los momentos de duelo. Cada uno tiene unos valores para juzgar lo que es la amistad. Para mí es lo que ví y sentí ayer a mi alrededor. Un grupo de personas que se reúnen para comer tranquila y llanamente, no fue el hecho en sí sino el fluir de cada minuto ,de cada instante. La total ausencia de tensión o crispación que suele surgir por pequeñas tonterías , retrasos, falta de ingredientes,olvido de enseres.
No sucede todos los días ( seamos sinceros y recordemos muchas reuniones con supuestos amigos) que coincida un grupo de personas inteligentes,maduras ,con inquietudes por saber y conocer, que hablen sin complejos de sus problemas,deseos y carencias, que planteen distintos enfoques a las múltiples dificultades que hoy día estamos sufriendo. Y todo ello, como el lento fluir del agua , desgranándose y colándose entre la somnolencia en la hamaca y el disfrute del bizcocho de pasas.He tenido contadas ocasiones de percibir tan nítidamente este sentimiento y ayer fue una de ellas.
Al igual que disfruté de los aromas del verano sigo sintiéndome afortunada de haber disfrutado de los aromas de la amistad.Gracias.
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Hace 10 años